¿Dónde queda /dove-lin/?

En Irlanda. En el mismo lugar donde ‘left’ (izquierda) se pronuncia /loift/ y ‘lunch’ (almuerzo) no es /lanch/ sino lUnch. Para hablar con los dublineses, conviene olvidar la elegancia de los listenings de las clases de inglés y tener el cerebro lo más despierto posible.

Fachada de casas. Muchas casas de la ciudad tienen sus puertas de entrada pintadas de diferentes colores. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

  • ¿Cuánto tiempo tuviste que esperar tus valijas?
  • Nada: llegué justo cuando empezaba a circular la cinta y mis valijas venían terceras en la fila.
  • ¿Caminaste mucho desde el avión hasta acá?
  • Unos diez minutos.
  • ¿Cómo fue tu experiencia en migraciones?
  • Muy buena: fue rápido y fácil.
  • ¿Es la primera vez que venís a Dublín?
  • Tenés suerte: llegaste un día de sol. El clima no suele ser tan agradable. ¡Bienvenida!

Quay Street en Galway: concentración de bares, restaurantes, artistas callejeros y turistas. Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

La señora que me hizo la encuesta del aeropuerto era demasiado agradable para no llegar hasta la última pregunta. Su calidez y sonrisa eran irresistibles.

Café sobre Temple Bar. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

No había tenido que esperar las valijas ni un minuto, mi primer contacto con un local había sido un éxito y, afuera, el sol pegaba fuerte.

La biblioteca Berkeley en el Trinity College. El filósofo George Berkeley fue autor de la frase «Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?» . Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó.

 

Aunque faltaban todavía unas dos horas para hacer el check-in, los dueños de la casa nos ofrecieron dejar las valijas mientras terminaban de preparar la habitación.

Parque de la Catedral de San Patricio. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

Por suerte, en la ciudad, los carteles no están escritos sólo en la lengua oficial, el irlandés. Prácticamente nadie lo maneja. El idioma más usado es el inglés, pero con un acento característico.

La constitución, todavía hoy, está escrita en irlandés. El debate de las leyes se hace en inglés pero después es necesario traducirlas. Las imprecisiones en las traducciones pueden ser irrelevantes en algunos contextos, pero a veces pueden ser muy peligrosas. Por ejemplo, durante 48 horas, el parlamento legalizó el éxtasis y casi prohíbe, por ley, el matrimonio heterosexual.

Wellington , Liffey o Ha’penny bridge, fue el primer (y hasta 1999 el único) puente peatonal que cruza el río Liffey. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

La primera parada fue Temple Bar. Así se llama la zona de bares. Muchos bares tienen este nombre. Era lunes al mediodía y varios negocios estaban colapsados. Muy cerca, está la Catedral de Cristo, todavía más antigua que la de San Patricio, también a pocas cuadras de donde estábamos.

Todo es cerca en Dublín: tiene 115 km². En comparación, la superficie de la ciudad de Buenos Aires es de 203 km², en New York mide 789 km² y en Londres, 1572 km².

Fanore, en la costa oeste de Irlanda. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

Ya de regreso a la casa, nuestra habitación estaba lista y todo olía a salchichas. En la cocina, estaba Christoph. Usaba una sartén y pinzas. Sólo cuando me acerqué pude ver, entre el humo, los embutidos casi carbonizados. ‘Me las traje del último viaje a Alemania que hice este invierno’, me dijo muy sonriente, ‘¡Odio las salchichas irlandesas! Esta vez, aproveché y también compré una salsa de curry con la que me gusta acompañarlas.’

El centro de Dublín. Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

Si, al viajar, la convivencia con locales resulta en una experiencia más cercana, tener de anfitriones a  tres estudiantes alemanes me permitió descubrir una versión de Dublín que quizá me hubiese perdido.

Una parte de los bares sobre Temple Bar. La famosa calle Temple de la capital irlandesa alberga muchos bares, así como restaurantes y comercios de otros rubros. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

Su primera recomendación fue Trinity College, lugar donde estudian el máster. Para quienes no formamos parte de la institución, se la puede visitar y hacer un recorrido a cargo de alumnos. Fue creada en 1592 y allí estudiaron Samuel Beckett, Bram Stoker, Jonathan Swift y Oscar Wilde entre otros. Lo interesante de tener a estudiantes del Trinity College por guías, son los detalles off the record que comparten con los visitantes. Por ejemplo, en uno de los edificios que forman parte del predio, por su importancia histórica, no se pueden hacer reformas. Por eso, los estudiantes que tienen ahí sus habitaciones sufren cada día del largo invierno irlandés (el sistema de calefacción es insuficiente y las ventanas no son de doble vidrio). La peor parte es la ducha: los baños están en el subsuelo y no tienen vestidores: el regreso hasta los dormitorios, por los gélidos pasillos del edificio histórico, es en toalla.

Biblioteca del Trinity College. Debido a la forma del edificio, los libros están organizados por tamaño: los más grandes, en los estantes bajos. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

Los acantilados de Moher y Galway es una de las excursiones más populares de Irlanda y los dueños de casa insistieron en no subestimarla. Una búsqueda de imágenes en Google muestra, en la primera fila, al menos dos fotos con estos paisajes. Los micros, conté cerca de 30, salen 6:50 am desde el centro de la ciudad. El paseo incluye varias paradas para disfrutar de la naturaleza y un recorrido especial por la ciudad portuaria de Galway.

Acantilados de Moher. Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

Uno de los pilares de la cultura irlandesa es la cerveza. Puede ser buena, pero no necesariamente la preferida de todos. En la casa, por ejemplo, la marca elegida era Budweiser. Seguramente, el hogar de tres estudiantes alemanes (uno originario de Munich) no es un campo representativo para sacar ningún tipo de conclusiones. En cualquier caso, la tradición de la cerveza irlandesa es imposible de ignorar, al recorrer las calles de Dublín. Siempre es un buen momento para tomarse una pinta o dos y, a diferencia de lo que se suele pasar en las capitales mundiales, con las fábricas ubicadas en los suburbios, la de Guinness, no está lejos del centro de Dublín.

Cerveza tirada liviana. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

La otra bebida alcohólica fuerte de Irlanda es el whisky. Una historia divertida. Una noche de verano de 1875, sonó una alarma en la calle Chamber. Un incendio arrasó con todas las malterías que ahí estaban. El fuego llegó hasta los barriles de madera, originando un río de whisky por las calles aledañas. Llegó a medir más de medio metro de ancho, 15 centímetros de alto y más de 400 metros de largo. Sumado a esto, los animales que por aquellos días solían pasearse por la ciudad, asustados, chillaban y espantaban a los vecinos. Muchos residentes lo vivieron como el apocalipsis.

Fábrica Guinness. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

Los valientes que permanecieron usaron sus gorros y zapatos para beber del río de whisky. La catástrofe del incendio terminó con 24 personas en el hospital  y 13 víctimas fatales, ninguna de las cuales murió por inhalación de humo.

Más bares sobre Temple Bar. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

¿James Joyce, quién? El novelista irlandés tiene varios homenajes en Dublín: una calle, placas temáticas sobre las veredas, un centro de investigación son algunos de los que encontré. Pero no es necesariamente conocido por todos, especialmente por quienes no trabajan o tienen un interés en la literatura. La buena noticia es que los turistas y locales que quieran profundizar sobre la obra de Joyce, pueden hacer diferentes recorridos basados en pasajes precisos de sus escritos.Por ejemplo, hay uno que sigue el recorrido que Leopold Bloom hace en el capítulo 9 de Ulysses.

La fundación de James Joyce organiza recorridos temáticos por la ciudad. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

La Kilmainham Gaol no fue una de las recomendaciones de los anfitriones. No la conocían. Es normal: no está ubicada en el centro de la ciudad. Sólo quienes tenemos curiosidad por las prisiones solemos llegar a estos lugares. Fue bueno pasarles el dato, a cambio de todas las recomendaciones que habían hecho ellos.

Interior de la cárcel Kilmainham. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

La cárcel Kilmainham fue el lugar donde se castigaban a los líderes de las 5 rebeliones irlandesas. Hubo casamientos, muertes e incluso fugas. El último preso salió en 1924 y hoy es un museo.

Por esta puerta escaparon, en 1921, tres soldados de la República Irlandesa: Simon Donnelly Enrie O’Malley y Frank Teeling. Dublín, Irlanda – Junio 2018 – Ph.: Jenn Micó

 

El recorrido termina frente al edificio, puesto donde se solía ahorcar a los condenados. Era un acto público. A partir de 1820, sin embargo, cada vez menos prácticas tuvieron lugar ahí.

Una noche y pocas horas más tarde terminó mi recorrido por Dublín. Al igual que la llegada, también me fui de Irlanda con el avión favorito de los locales: Ryanair. La compañía nacional tiene sus oficinas centrales en Dublín, opera desde mitad de los 80s y es la aerolínea low cost que más rutas europeas tiene. Aunque no pocas veces fue cuestionada por las medidas de seguridad, sigue siendo la empresa con el precio más competitivo. El vuelo a Liverpool (mi siguiente destino) salió usd$18, mucho más económico que los usd$52 que costaba el ferry o los usd$62 del mismo trayecto en tren.

Acá termina Dublín. Hasta la próxima, Jenn 🙂

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